Me fascinó ver un anuncio en el New York Times del 24 de octubre alabando el compromiso de Coca-Cola, Pepsi y el Dr. Pepper de mejorar el reciclado. El anuncio dice "Todos estamos... pero necesitamos su ayuda para cambiar la forma en que Estados Unidos recicla".
¡Que coraje! Estas son las empresas que se encuentran entre los principales contaminadores de plásticos del mundo, según la última auditoría global. Entonces, qué tal si dejan de producir tanta basura en primer lugar y dejan de luchar contra las leyes de reciclado de botellas en los demás países.
Hace unas semanas leímos el informe de investigación de Intercept sobre la oposición abierta y encubierta de Coca-Cola a las leyes de reciclado: "EL AUDIO REVELA CÓMO COCA-COLA SOCAVA LOS ESFUERZOS DE RECICLAJE DE PLÁSTICO".
Como explica el artículo: Los estados con leyes de reciclado de botellas reciclan alrededor del 60% de sus botellas y latas, en comparación con el 24% en otros estados. Y los estados que tienen normas también tienen un promedio de 40% menos de basura en sus playas y ríos, según un estudio de 2018 de los Estados Unidos y Australia publicado en la revista Marine Policy.
Pero las leyes de reciclado también ponen parte de la responsabilidad y el costo del reciclaje en las compañías que producen los desechos, lo que puede ser la razón por la que Coca-Cola y otras compañías embotelladoras han luchado contra ellas. Las compañías de sodas y agua preferirían que nosotros los consumidores limpiemos el desorden que ellas generan.
Ok, no hay problemas. No tenemos ningún inconveniente es limpiar el desastre ambiental y estoy seguro mucha gente estaría de ayudar. Pero también quisiera ver leyes de reciclado de botellas que den mayor incentivos para los que recogen esos desechos. Nosotros en Life Blends incentivamos que los clientes devuelvan los envases usados o los reutilicen en sus hogares y oficinas. Y a pesar de ese esfuerzo, nuestros envases son biodegradables, lo que significa que su impacto ambiental es mucho menor (3-5 años) en comparación con un plástico normal que se degrada en 300-800 años.