Free lunch
El cuestionamiento me llegó al alma; yo siempre he hablado alegremente de “free lunch” pero nunca me había tomado la tarea de escribir al respecto. Con lo cual, decidí hacerlo y responder a mi sobrino querido.
La primera vez que yo aprendí el concepto de “free lunch” fue en el Club de Golf de Panamá, en sus antiguas instalaciones de Vía Porras. No era merienda, tampoco era comida fácil de digerir (galletas, patacones, panes, etc.); era comida, pero en una porción pequeña, tamaño “bocado”. La leyenda era que el chef quería ofrecer algo a sus comensales, un regalo de "abrebocas", y sin preguntar. Al final era gratis.
Hoy en día, cuando atiendo a mis invitados en casa, practico la ciencia y el arte del “free lunch”. No solo agradar a los que estarán en mi mesa, sino agradecer su presencia. Y bajo ninguna circunstancia lo tomo a la ligera; para mí esto es muy serio. No es salir de mercancía vencida o sobrantes de comidas anteriores. Aquí hay motivo para inspiración, motivación y presentación.
Al final, la frase "There is no such thing as a free lunch" es un refrán popular que enfatiza la idea de que incluso si algo parece ser gratis, a menudo implica costos o consecuencias ocultas. Pues bien, en mi caso y en mi casa, el uso específico de "free lunch" derrumba tal contexto y puedo afirmar que en mi vida sí existe el “free lunch”.