Si quieres perder peso, hay muchas opciones. Se supone que entre las cientos de opciones que existen, está evitar comer alimentos procesados, saltarse una comida al día (idealmente desayuno), reducir los carbohidratos por completo, comer únicamente comidas caseras y, por supuesto, comer exactamente lo que comían nuestros antepasados.
Pero primero hay que saber en quién confiar, porque no es igual escuchar a un nutricionista con docenas de títulos guindados en la pared que al entrenador del gimnasio que acaba de abrir un restaurante de comida para llevar. Y tampoco es obvio que cuando piensas en asesoramiento dietético personalizado, no siempre lo mejor es ir donde un gurú. Lo ideal es buscar consejos con alguien que pueda ayudar y tenga el tiempo para contestar todas tus interrogantes. Dependiendo de dónde vives, puedes encontrar profesionales acreditados y registrados que tienen un nivel mínimo de educación y darte todo el tiempo que necesitas. Los foros de Internet pueden ser excelentes lugares para recibir apoyo y ayuda, pero nunca se sabrá si la persona del otro lado tiene tanta experiencia como dice. Es mejor hablar con alguien que realmente haya estudiado y tenga experiencia, si es posible.
El siguiente tema es encontrar el tipo de dieta que necesitas. Y aquí no hay que ser genio para entender que todos los años se descubren docenas de dietas nuevas. Y siempre son las mismas: todas funcionan a corto plazo, pero después de unos meses, todas fallan. Para aquellos que han intentado hacer dietas, esto no es una sorpresa. La primera semana de cualquier dieta es fácil: estás súper motivado, pierdes peso, eres feliz y estás contento. El tercer mes, cuando tu imaginación ha pasado por la fase de todo bien, comienzas a querer “asesinar a todos a tu alrededor" y ya el pollo al vapor y el brócoli no saben igual que al principio.
En mi experiencia, el mejor plan para perder peso siempre es aquel que proviene de programas que impactan en múltiples áreas de la vida, como una dieta integrada y un régimen de ejercicios, algo respaldado por profesionales. Tampoco hay evidencia de que una dieta única funcione mejor que otra. Algunas dietas funcionan un poco mejor a corto plazo, en particular las dietas bajas en carbohidratos, pero los resultados a largo plazo tienden a ser los mismos para casi todas las dietas.
Existen las que supuestamente sirven para evitar un ataque cardíaco. Otras que son ideales para encajar el vestido de novia en dos semanas. Otras que en un mes puedes ponerte un bikini sin sentir timidez ni miedo. Sabemos que perder peso reduce el riesgo de morir y mejora su salud de innumerables maneras, pero no hay mucha evidencia de que este sea el caso de dietas específicas. Y esto tiene sus razones.
Una dieta es mucho más que simplemente la comida que comes. La dieta es socializar, es familia, es celebración, cultura, amistad y mucho más. Hay una razón por la cual muchas dietas se construyen en torno a las "tribus", porque cambiar lo que comes a largo plazo se trata de cambiar prácticamente todos los elementos de tu vida. Por eso, la dieta que elijas puede ser lo menos importante para perder peso. Haz lo que sea que funcione para ti. Algo sencillo y eficaz. Nada que moleste o incomode.
Si al final decides por una dieta Paleo, ¡genial! Si crees que ser vegano es el camino a seguir, ¡hazlo! Lo más importante es que la dieta no sea una intervención a tu estilo de vida. Si decides comer solo carne, entiende que cambiará quiénes son tus amigos, dónde compras y qué haces los fines de semana. Si eliminas todos los alimentos procesados de su vida, podría significar que tus días se gasten de manera muy diferente. Si una dieta no encaja en tu vida, probablemente nunca va a funcionar. Cualquier cambio que realices tiene que tomar en cuenta que no sólo es perder peso; en juego está también perder el tiempo, amigos y familiares.
Sabemos que perder peso, si tienes sobrepeso, es probablemente el mejor camino. ¿Pero cómo llegas allí? La evidencia apunta a que depende totalmente de ti.