El espíritu es el sentido más profundo que tenemos los seres humanos, un aspecto invaluable de la vida que con demasiada facilidad dejamos de lado, especialmente cuando las cosas se ponen agitadas.
En las sesiones de Coaching que comparto con mis clientes, hacemos mucho énfasis en la parte espiritual como alimento primario y mecanismo de sanación. Hemos visto que un espíritu saludable es consecuencia de actitud positiva, entusiasmo por la vida y sentido de propósito. Las personas son físicamente más resistentes y mentalmente más eficientes cuando tienen vitalidad espiritual, y también están emocionalmente más preparadas para manejar obstáculos crónicos de la vida.
Para lograr fortalecer el espíritu, lo principal es entrar en contacto con el yo auténtico que cada uno tiene, esa parte infantil, esa chispa que llevamos adentro y que muchas veces olvidamos:
- Hablar con uno mismo. Tómese el tiempo todos los días para verificar con usted mismo, ¿cómo se siente?, ¿estás pasando el tiempo haciendo cosas que quieres hacer o cosas que te sientes obligado a hacer?, ¿te sientes satisfecho? Este paso aparentemente básico es vital para identificar qué te trae alegría, dónde yacen tus pasiones y cómo puedes obtener más en tu vida.
- Escribir. El diario es una gran herramienta de hablar con uno mismo en el papel, que permite tener una discusión desinhibida y que muchas veces conduce a un momento "aha" que se esconde bajo la superficie todo el tiempo. La escritura expresiva es también una forma de liberar traumas pasados y preocupaciones futuras que nos impiden vivir en el momento presente. Y los estudios han demostrado que escribir con énfasis en la gratitud puede incluso reducir la inflamación y mejorar el bienestar mental.
- Despejar el desorden. Fácilmente podemos quedar atrapados en posesiones materiales que nos distraen de nuestras necesidades internas. Deshágase de las cosas que no sirven, dónelos a alguien que lo necesite. Despeje las cosas que causan ansiedad en la casa, deshágase de la ropa que no ha tocado en más de dos meses. Un espacio más organizado y simplificado lo ayudará a enfocarse en aspectos más significativos e inmateriales de la vida, ayudando a que su espíritu brille más.
- Meditar. La práctica diaria de meditación ayuda a despejar todo el caos de una mente ocupada, alejar los pensamientos negativos y recuperar el equilibrio entre mente y cuerpo. Además, es un paso esencial para reavivar el espíritu. Ya sea que medite o simplemente salga a caminar en la naturaleza, busque una práctica diaria que le permita tomarse el tiempo para desenfocarse, simplemente para estar y dejarse llevar.
Ayudar regularmente a conectarse consigo mismo sin duda los beneficiará, no sólo el aspecto físico sino también el mental. ¡Trate y dese cuenta por si mismo!