news

COMER MENOS CARNE

Rafael Carles

GRAIN y el Instituto de Política Agrícola y Comercial (IATP) han emitido un informe devastador sobre los efectos de la producción de carne y lácteos en el cambio climático.

El informe explica que los niveles actuales de producción industrial no pueden sostenerse, ni los modelos de crecimiento de carne y lácteos pueden permanecer sin cambios. La paradoja del modelo de negocio corporativo basado en altas tasas de crecimiento anual versus el imperativo climático urgente de reducir la producción y el consumo de carne y lácteos en países y poblaciones ricos es insostenible.

La conclusión del informe es que la carne y los productos lácteos baratos tienen un alto costo debido a problemas sociales, ambientales y de bienestar animal que continúan estando sin regulación. Además, esta producción solo es posible porque las corporaciones reciben un subsidio indirecto de los contribuyentes en forma de apoyos de precios financiados por los gobiernos que mantienen el grano barato.

Ya es hora de regular la industria y redirigir los subsidios masivos y otros gastos públicos que actualmente apoyan a los grandes conglomerados de carne y lácteos hacia sistemas locales de alimentación y agricultura capaces de cuidar a las personas y al planeta.

Ese es el desafío. La necesidad de abordarlo es urgente. Pongámonos a trabajar.

Si quieres saber más sobre este tema, te invito a ver también el artículo “Consumo de carne, salud y medio ambiente”, Science, 20 de julio de 2018. Los autores H. Charles, J. Godfray, Paul Aveyard, Tara Garnett, Jim W. Hall, Timothy J. Key, Jamie Lorimer, Ray T. Pierrehumbert, Peter Scarborough, Marco Springmann y Susan A. Jebb cubren ampliamente el mismo tema pero con un mayor énfasis en el impacto del consumo de carne en la salud y las cantidades de agua utilizadas en la producción de carne, principalmente de alimentos.