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ANTOJOS Y ADICCIONES

Rafael Carles

Existen alimentos que nos confortan y tranquilizan. Y lo hacen porque, en realidad, aplacan temporalmente una adicción. Ahora, ¿cómo podemos saber la diferencia y distinguir entre un antojo por un alimento saludable y una adicción compulsiva que nos atrae impulsivamente a alimentos que realmente no necesitamos?

La gente no se ha dado cuenta de cuán tan adictiva puede ser la comida, especialmente ciertos alimentos como la comida rápida y la comida procesada, por tener esa mezcla perfecta de sal, grasa y azúcar que hace que nuestro cuerpo la pida.

Nuestro cuerpo está diseñado para pasar hambre y comer con apetito. La comida era escasa, así que el cerebro ansía cosas que tienen una alta cantidad de calorías. Por eso el azúcar es increíblemente adictiva. Causa una respuesta de la dopamina cuando la ingerimos. Y para ponerlo en contexto, es lo mismo que le sucede a los ludópatas o adictos a la heroína. Es algo serio y muy adictivo.

Así que, aunque el cuerpo es infinitamente sabio, tenemos que usar nuestras mentes, porque si lo que el cuerpo anhela todo el día es azúcar, sabemos obviamente que tenemos una adicción. Y es útil saber qué alimentos son. Como lo hemos dicho anteriormente, normalmente son alimentos procesados, comida rápida, azúcar, alcohol y cafeína.

Siempre pregunto a mis clientes sobre el contexto de sus antojos y si los mismos causan desesperación y desenfreno. Y siempre les sugiero que prueben con moderación y observen si son capaces de comer un poquito y parar de consumirlos. Porque si no pueden, entonces estamos frente a un problema de adicción.

Igual que los fumadores cuando ansían un cigarrillo, los adictos a la comida buscan comer hasta obtener un torrente de buenas sensaciones, generalmente seguido por una caída de los niveles de dopamina y caracterizado por un sentimiento de frustración y baja autoestima.

Por eso, en personas con tendencias adictivas -y muchos las tenemos; yo me incluiría, vengo de una familia muy adictiva- tenemos que ser cuidadosos con nosotros mismos. Aunque, en general, estoy a favor de la moderación, si tienes una adicción marcada a la azúcar, tal vez tengas que eliminarla al 100%.

Prueba si eres una persona que, pasado un año, puede añadir un poco de azúcar o no a la dieta. Y cuando lo añadas, si vuelves a entrar en la espiral de la adicción, entonces con sutileza y sabiduría, debes entender que no era un mero antojo sino una adicción seria a esa comida. Y lo mejor entonces sería eliminarla para siempre.