Solo tengo algunos comentarios sobre las nuevas Guías Alimentarias 2020-2025 que se publicaron el mes pasado en los Estados Unidos y que servirán de pautas dietéticas para el resto de los países del mundo.
Primeramente, las nuevas directrices son muy parecidas a las de 2015. Solamente que más largas y más difíciles de entender.
En mi opinión, las Guías debieron decir claramente lo siguiente: coma más alimentos vegetales, coma menos carne y evite los alimentos ultraprocesados, incluidas las bebidas azucaradas. Pero en cambio, las Guías no dicen nada sobre la comida chatarra ultraprocesada ni se esfuerzan en dar señalar sobre los alimentos que se deben evitar.
Mencionan la pandemia, una vez: La importancia de seguir las Guías Alimentarias en todas las etapas de la vida se ha puesto de relieve aún más con la aparición del COVID-19, ya que las personas que viven con enfermedades y afecciones crónicas relacionadas con la dieta tienen un mayor riesgo de sufrir enfermedades graves por el nuevo coronavirus ( pág.4).
Mencionan la inseguridad alimentaria varias veces, por ejemplo: En 2019, el 10.5% de los hogares padecía inseguridad alimentaria al menos en algún momento del año. La inseguridad alimentaria se produce cuando el acceso a alimentos inocuos y nutricionalmente adecuados es limitado o incierto. La inseguridad alimentaria puede ser temporal o persistir en el tiempo, lo que impide que las personas y las familias sigan un patrón dietético saludable que se ajuste a las Guías Alimentarias. La prevalencia de la inseguridad alimentaria generalmente aumenta durante tiempos de recesión económica, ya que los hogares experimentan mayores dificultades. Los programas de asistencia nutricional gubernamentales y no gubernamentales ayudan a aliviar la inseguridad alimentaria y desempeñan un papel esencial al proporcionar alimentos, comidas y recursos educativos para que los participantes puedan elegir alimentos saludables dentro de su presupuesto (p. 50).
Y sí mencionan los programas de asistencia alimentaria (en la página 81), aunque no discuten cómo el USDA ha sido implacable al tratar de recortar esos programas.
Nada sobre los sistemas alimentarios. Nada sobre los efectos de la producción y el consumo de alimentos sobre el cambio climático y la sostenibilidad. Nada acerca de comer menos carne.
Otro punto: la complejidad va en aumento. Aquí está el historial de los números y tamaño de página:
1980 24 paginas 4 x 9
1985 24 páginas 4 x 9
1990 24 páginas 4 x 9
1995 43 páginas 4 x 9
2000 39 páginas 8-1/2 x 11
2005 70 páginas 8-1/2 x 11
2010 95 páginas 8-1/2 x 11
2015 144 páginas 8-1/2 x 11
2020 168 páginas 8-1/2 x 11
Algo que debiera ser corto y conciso, se ha politizado en un andamiaje de normas, regulaciones y disparates. Como siempre lo menciono, no hay nada sobre este tema que no se pueda resumir en siete palabras, tal como lo cita Michael Pollan: "Coma comida natural, no mucho, principalmente plantas".
Si no podemos hacer que las Guías se entienda con claridad en 164 páginas de ofuscación, por favor no nos pidan que leamos tanta basura cada cinco años.