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Guías Alimentarias

Rafael Carles

IG-7

Guías Alimentarias

La pregunta es sobre las Guías Alimentarias. ¿Qué opina de las actuales pautas dietéticas y que las autoridades recientemente anunciaron van a revisar? ¿Cómo se pudieran mejorar? ¿Y qué importancia tienen estas directrices?

Me sorprende que haya personas todavía que piensan que las guías alimentarias algún día se van a revisar para mejorarlas. Y lo señalo porque es increíble que a pesar de la cantidad de estudios realizados, los gobiernos todavía se resisten a llamar las cosas por su nombre: hay que comer menos azúcar, menos grasas saturadas y menos sal.

Desde el año 2005, las directrices dietéticas han sido una repetición de las anteriores, donde todavía no hay nada contundente sobre qué hacer para prevenir la obesidad.

La recomendación de comer menos sugiere comer más verduras, frutas, cereales integrales, leche baja en grasa, productos del mar, carnes y aves magras, huevos, frijoles, guisantes, nueces y semillas: todos son alimentos. Pero también las pautas debieran hacer referencia a “comer menos” nutrientes: sodio, grasas saturadas, colesterol y grasas trans.

Las pautas dietéticas han sido una declaración oficial de la política de nutrición. Influyen en todo lo que el gobierno dice y hace sobre alimentación y nutrición. Las directrices determinan el contenido de las comidas escolares, los objetivos de los programas de asistencia alimentaria y la regulación del etiquetado y la publicidad de los alimentos. Pero su efecto más poderoso se produce en la industria alimentaria.

¿Por qué? Porque hasta ahora ninguna pauta ha señalado lo malo que son los alimentos procesados, precisamente los que más se consumen. Cuando en 2005 llegó a oídos de las autoridades sobre la epidemia de la obesidad, surgió la idea que las personas debían comer menos (a veces mucho menos), y moverse más o hacer ambas cosas. Pero las pautas todavía no han nombrado el tipo de alimentos específicos que se deben “comer menos”, porque corren el riesgo de provocar la ira de la industria, y esto es algo que ningún gobierno se atreve a enfrentar.

Sobre el concepto de "Qué comer", resumo los principios básicos en "comer menos, moverse más, comer muchas frutas y verduras y no comer demasiada comida chatarra". Michael Pollan lo expresa con aún menos palabras: “Come comida. Principalmente plantas. No demasiado."

Todo lo demás en las pautas es secundario. Lo que está allí es con el propósito de no enfurecer a las empresas de alimentos que podrían verse afectadas por el consejo de “comer menos”. Y las empresas examinan cada palabra. La industria de las sodas, por ejemplo, está encantada de que las directrices mencionen los productos procesados y las bebidas azucaradas de manera “aérea”, sin aterrizar a evaluar el riesgo específico de sus productos.

Igualmente, la industria cárnica está preocupada por la sugerencia de aumentar el pescado, a pesar de que las directrices sugieren patrones de alimentación que contengan tanta carne como siempre.
La recomendación de sal (una cucharadita o menos por día, e incluso menos para las personas con riesgo de hipertensión arterial) no ha cambiado desde 2005, pero se indica de manera más explícita. La industria de la sal reaccionó como era de esperar: “Las directrices dietéticas sobre la sal son drásticas, simplistas y poco realistas”.

El próximo año, una nueva guía alimentaria sustituirá a la antigua pirámide. Gracias a una ley aprobada en los Estados Unidos, las pautas dietéticas deben revisarse cada cinco años. Aquí en Panamá no tenemos fecha, simplemente una declaración aislada de que se van a estudiar. Pues entonces, esperemos con paciencia que el drama apenas inicia. Pero por ahora, tratemos de interpretar cada vez que nos dicen: coma menos, disfruta la comida y muévase más.

Si tienes más preguntas, enviarlas al correo lifeblends@gmail.com.