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Alimentación para 2024

Rafael Carles

IG-7

Alimentación para 2024

Una de mis clientes me abordó estos días de Navidad y me preguntó si existe alguna bola de cristal que nos permita predecir cuáles pudieran ser los temas más importantes sobre alimentación para el 2024. ¿Qué tal si lo intentamos y reflexionamos sobre qué alimentos y políticas alimentarias escucharemos en este año que apenas inicia?

Realmente, no hace falta tener una bola de cristal para descubrir qué pasará con los problemas alimentarios. Y me atrevo hacer ciertas predicciones, sobre todo porque estoy bastante seguro de la mayoría.

Las pautas dietéticas continuarán siendo las mismas. No veo que se establezca nada nuevo. No veo voluntad para que se apruebe la ley que prohíbe las grasas trans. Mucho menos pienso que el MINSA ni el MEDUCA se organicen para reglamentar la Ley 75 sobre comida chatarra en kioscos escolares. Es casi imposible también que el MIDA defina nuevas políticas para promover la producción de frutas y vegetales.

Tampoco siento que el nuevo Gobierno en julio tenga dentro de sus prioridades la seguridad alimentaria nutricional. Se seguirá subsidiando la comida chatarra y los fondos de ayuda social se usarán para comprar lotería, tabaco y cualquier otra porquería, excepto comida saludable.

Así las cosas, la financiación por mejorar la salud se inclinará en su totalidad en lo correctivo. A ninguno de los actuales diputados les da el cerebro para considerar una ley y mucho menos un presupuesto para crear campañas educativas de prevención de diabetes, hipertensión y obesidad.

El DEPA seguirá siendo un departamento dentro del MINSA, en vez de una dirección como se propuso en la ley del DINACAVV.

La elaboración de nuevas normas para fomentar la producción orgánica seguirá archivada en un departamento de Sanidad Vegetal del MIDA. Los esfuerzos de cabildeo para ayudar a los productores de alimentos saludables, grandes y pequeños, serán puestos en lista de espera.

Espero que se den más demandas por los daños causados a los productores de alimentos por los cierres de calle durante las manifestaciones en contra de la ley 406 y por no permitírsele el libre acceso a mercados y centros de consumo.

El Movimiento de Alimentación Saludable insistirá en nuevas regulaciones para las etiquetas frontales (semáforos). La OMS /OPS ha sugerido establecer un símbolo para indicar el valor nutricional general de los productos alimenticios, pero las empresas alimentarias seguirán presionando para que esto no proceda.

¿Tendrá el Gobierno el valor de subir el impuesto a las sodas? Necesitará coraje, algo que no necesariamente caracteriza a nuestros gobernantes. Las corporaciones y fabricantes buscarán nuevas formas de cooptar a los críticos. Con el pretexto de responsabilidad social corporativa, las empresas alimentarias repetirán su guion: hacer grandes donaciones a políticos y organizaciones. Estas estrategias recuerdan cómo la compañía tabacalera Philip Morris distribuyó subvenciones a importantes grupos artísticos.Es de esperar que las empresas alimentarias utilicen la generosidad para neutralizar a los críticos y comprar el silencio.

Las comidas escolares serán noticia de primera plana. El Movimiento de Alimentación Saludable seguirá haciendo auditorías en kioscos y escuelas. Ahora el MEDUCA no tendrá excusa para implementar lo establecido en la Ley 75, y así agregar frutas y verduras frescas (preferiblemente cultivadas en esos huertos escolares) y ampliando la diversidad nutricional.

Los promotores y defensores de la ley agrícola PADE brillarán por su ausencia. Tengo un interés personal en saber dónde están los que salieron en la foto de su promulgación y ahora no aparecen ni en pintura.

Feliz año 2024 y veamos cómo se desarrollan mis conjeturas.

Cualquier otra pregunta, escríbanos a lifeblends@gmail.com