Una clienta de Life Blends me hizo la siguiente pregunta: si tuviera que comer el mismo desayuno, almuerzo y cena todos los días, ¿qué tendría?
Le contesté que yo como el mismo desayuno todos los días. Apenas me levanto tomo un vaso de agua con limón y a la media hora exprimo 4 onzas de wheatgrass orgánico con agua de coco, raíz de cúrcuma, raíz de jengibre y un vaso de jugo verde. Eso suministra suficiente energía para ponerme “en onda” una buena parte del día. Sin embargo, en la mitad de la mañana preparo un licuado de leche de almendra con guineo y fresas, semillas de chia y linaza, higos y dátiles. Todo certificado orgánico. Y esa es mi rutina de todas las mañanas, 365 días al año.
Luego, para el almuerzo o la cena, sí los modifico y cambio un poco. Algunas veces depende del nivel de actividad física, otras del nivel de antojos que tengo. Si estoy trabajando mucho en la oficina y en la planta, en realidad necesito más energía, incluso un poco de grasa animal. Si estoy en El Valle o en la playa, el enfoque es más vegetariano. Advierto, no soy vegano pero siempre una vez por semana me gusta hacerme una limpieza (détox) con jugos y agua. Así, pienso yo, tengo buenas razones para que durante el resto de la semana pueda comer absolutamente todo lo que me provoque, pero siempre respetando la frase célebre de dice Michael Pollan, que dice “Eat Foods, Not Too Much, Mostly Plants”.
Soy muy cuidadoso con respecto a dónde y a quién le compro los ingredientes para mi cocina. Generalmente, el 80-90% de todas las plantas verdes las adquiero en Verdes & Co. (un proyecto muy interesante de mis sobrinos Andrés y Natalia de la Guardia). El resto de los vegetales y frutas los consigo en Mercadito Biológico, Orgánica, Simply Natural y Riba Smith. En cuanto a la proteína animal, considero que el mejor pollo de Panamá es el de Panamá Natural (de mi sobrino Jonathan Kardonski). Y el mejor pescado es del Mercado del Marisco, fresco del día. Sobre la carne, allí tenemos muy pocas opciones, salvo que me vuelva exquisito un día a la semana y pague $15 por una libra de carne orgánica. Pero lo usual es que mande a moler mi propia carne en Riba Smith con pulpa negra y filete de cerdo para preparar mi receta de salsa bolognesa o pimentones rellenos.
Lo importante aquí es que, cada día más, mi dieta se mueve más hacia las plantas. Dos y hasta tres ensaladas adornan la mesa y hago que la proteína animal sea un acompañamiento, y no al revés.
Volviendo a la esencia de la pregunta inicial, realmente no existe una respuesta correcta. Varias veces terminamos comiendo lo mismo por las tardes y noches que lo que almorzamos al mediodía, y no pasa nada. Pero de allí a decidir sobre un plato específico para todos los días, ¡Wao! Sea lo que sea, tendríamos un desequilibrio. Las personas necesitan todo el espectro de alimentos para obtener todos los fitonutrientes y minerales, vitaminas y enzimas, antioxidantes y calorías. Si comiéramos lo mismo todos los días, eventualmente tendría una enfermedad. No importa lo que es.
Ahora, si por alguna razón fortuita, quedara varado en una isla y sólo tuviera acceso a un alimento para sobrevivir (no para siempre, sino indefinidamente), yo elegiría el wheatgrass. Sí, elegiría wheatgrass por que tiene proteína, todos los 20 aminoácidos esenciales, contiene abundancia de ácidos grasos esenciales, tremenda cantidad de clorofila, todos los minerales y vitaminas requeridas. El wheatgrass es un alimento completo, pero sería difícil obtener suficientes calorías con wheatgrass solamente. Es muy difícil y seguro que perdería algunas libras. Nutricionalmente es extraordinario, pero calóricamente es deficiente.
Mucha gente tal vez pudiera pensar en algo como, por ejemplo, mantequilla de maní. Esto sin duda aportaría bastantes calorías. Entonces, si pudiera incluir dos cosas en una isla desierta sería sándwiches de mantequilla de maní con wheatgrass. Así sería mejor.