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LECHES ALTERNATIVAS

Rafael Carles

 

Las alternativas a la leche de vaca están en todas partes. Una razón importante detrás de esta tendencia es la creciente conciencia de que muchas personas no digieren bien los lácteos. Sesenta a 70 por ciento de la población mundial es intolerante a la lactosa. Esta es una deficiencia de la enzima requerida para descomponer el azúcar (lactosa) en la leche de vaca.

Desde que abrimos Life Blends en 2005, he escuchado cientos de testimonio de personas que aseguran que los lácteos afectan su salud, principalmente en forma de inflamación: problemas gastrointestinales como intestino irritable o reflujo, asma y problemas de sinusitis, eccema y acné. La gente entiende que las leches alternativas pueden proporcionar los beneficios nutritivos sin los riesgos. También existe una preocupación por la cría industrial de animales y su impacto en el bienestar animal, el uso excesivo de antibióticos y hormonas, el cambio climático y la degradación ambiental.

Existen diferentes tipos de sustitutos a la leche de vaca. La leche de soya fue la primera en salir al mercado, pero su vinculación con el uso del herbicida glifosato y sus posibles efectos estrogénicos, han desincentivado su consumo. Hoy los supermercados tienen leches de almendras, coco, avellanas, cáñamo, macadamia y avena. En la última década hemos visto un renacimiento de las leches no lácteas, incluso las grandes compañías de alimentos están comprando pequeñas compañías de leche alternativas y están siguiendo la tendencia de alejarse de los productos lácteos tradicionales.

El hecho de que una leche sea de almendra o coco no significa que sea saludable. La mayoría de las versiones de leches no lácteas que se encuentran en los supermercados están cargadas de azúcar, gomas y espesantes. Incluso las versiones orgánicas sin azúcar contienen aditivos diseñados para hacer que se vean y sepan a leche de vaca.

Uno de estos aditivos es el carragenano, un agente espesante que se usa en helados, yogurt y otros productos lácteos. Se deriva de las algas, pero no es un vegetal marino inofensivo; es un irritante y causante de cáncer en ratas de laboratorio. En humanos, el carragenano se ha asociado con úlceras, intestino permeable, inflamación e incluso enfermedades autoinmunes. No tiene valor nutricional y, sin embargo, la FDA en Estados Unidos la aprobó hace años para uso en fórmulas para bebés. Debe evitarse por completo.

Nuestra recomendación es evitar estas leches alternativas en el supermercado. Además de que están fabricadas en masa, escasamente contienen un 8-12% de sólidos. De hecho, muchas están tan desprovistas de nutrientes que tienen que complementarse con vitaminas y minerales añadidos para que parezcan incluso ligeramente beneficiosas.

Por lo general, nosotros recomendamos las leches orgánicas y cremosas, 100% totalmente naturales de Life Blends que tienen entre 35-40% sólidos y son fabricadas en prensa fría. Las tenemos en variedades de almendra, avellana y avena, todas sin preservantes ni aditivos químicos de ningún tipo.

También las personas pueden hacer sus propias leches en casa. Es fácil: simplemente sumerja las almendras o avellanas en agua durante 1-3 horas y luego mézclelas con agua. Puede agregarle un poco de extracto de vainilla, dátiles, higo, semillas o frutas.

Una de mis leches favoritas es la de macadamia. El año pasado trajee una bolsa pequeña de macadamia de Hawaii y era una delicia. La macadamia contiene grasas monoinsaturadas beneficiosas que apoyan la salud metabólica y cardiovascular y nutrientes que apoyan la salud del cerebro, por lo que, en general, son un sustituto de la leche muy rico en nutrientes.