El tema del corona virus está ya sobre todos nosotros y parece que el mundo entero se está enfermando cada vez más de eso, ¿no? La ansiedad, la fatiga y el estrés que causan el distanciamiento social, el confinamiento, las noticias y el bombardeo mediático se han convertido en parte de la vida cotidiana en muchos de nuestros hogares.
Esta crisis se suma a la preocupación por nuestra salud, la salud de nuestros seres queridos y del sistema de salud nacional en general. Mucho antes de la propagación de esta pandemia, nosotros habíamos alertado sobre los innumerables factores de riesgo que afectan la salud de la población.
Es muy probable que el virus infecte a muchas personas, pero las más vulnerables, las que corren mayor peligro son precisamente las que padecen enfermedades no transmisibles, aquellas que se generan de los malos hábitos de vida, transmitidas principalmente por los alimentos. Es decir, lo más propensos al contagio son los diabéticos, hipertensos y obesos.
Durante muchos años hemos escrito que la dieta y las conexiones entre la mente y el cuerpo podrían desencadenar el debilitamiento del sistema inmunológico. Por tanto, es hora de retomar el tema central y promover estilos saludables de vida, esos que provienen de la sabiduría ancestral y se basan en remedios naturales que ayudan a nuestros cuerpos a recuperar salud y vitalidad.
¿Y cómo es eso? Muy sencillo. Si alimentamos el cuerpo con comida natural (no procesada) que contiene nutrientes, enzimas, antioxidantes, minerales y vitaminas, entonces gozaremos de buena salud porque las células se nutren, se ponen fuertes y eliminan sus toxinas.
En otras palabras: la salud, no la enfermedad, debe ser el tema de conversación en estos días. Las redes debieran saturarse de mensajes positivos para promover salud, información que ayude a las peersonas sobre cómo obtener más energía y cómo fortalecer más el cuerpo y la mente.
Por eso, en estos momentos de incertidumbre, debemos regresar a lo fundamental: comer comida fresca, principalmente frutas y vegetales, y asegurar hacer ejercicios físicos todos los días, y serenar la mente para permitir que fluyan las mejores ideas. Sólo así saldremos sanos de esta pesadilla.